Con 17 años, estudiando un examen para bachillerato, sentí la curiosidad de conocer mejor el mundo de los vinos de mi provincia. Soy natural de Bollullos del Condado (Huelva), una localidad con un gran legado vitivinícola desde tiempos inmemorables, así como la comarca del Condado de Huelva. No en vano existen documentos que atestiguan que, además de ir al Nuevo Mundo en las embarcaciones de Cristobal Colón, los romanos, fenicios y tartesos que poblaron el sur de la peninsula, ya cultivaban y comercializaban con vinos y mostos.

En mi interés por los vinos de mi pueblo, conocí a mi maestro, “Oliveros”, uno de los más antiguos del municipio y que continuaba ejerciendo esta profesión. Él me enseñó cómo ejercer esta bella profesión. Siempre recordaré sus primeros consejos e indicaciones: “para empezar, cógela cortita y no te desesperes”. Y así, con una cubeta de agua llenaba mi venencia una y otra vez hasta conseguir verte el líquido en el catavino con arte, cuidando siempre mi posición corporal, mis brazos, mis pies y hasta mi cara.